Instrucciones para mirarse en un espejo

martes, 25 de noviembre de 2008


Nadie habrá dejado de observar con qué frecuencia nos miramos en aquella superficie, vertical muchas veces, que refleja nuestra realidad día a día. Pues es triste realidad para algunos, mas para otros, satisfactoria y que además permite acrecentar el autoestima de cada individuo.

Primero, lo que tenemos que hacer es colocar, en este caso, la superficie reflectora, de manera vertical a nuestro semblante, de lo contrario, colocar nuestro semblante hacia la superficie vertical a la que denominaremos espejo. Sin embargo, es preciso recalcar que en dicha superficie se va a crear otro nuevo semblante idéntico al nuestro, al que no lo debemos de confundir por el espejo del primer caso, sino que solamente es nuestro propio reflejo.

Luego, debemos de percibir todo lo que nos acontece a esa mirada, ya que mirar no es sólo mirar sino percibir. Así como oír no sólo es oír, sino escuchar. Cuando en verdad percibamos el mero reflejo de nuestro semblante, podremos notar aquellos disparejos cabellos que se mueven tras haber sufrido un grave revoloteo ocasionado por el viento o por levantarse de la cama aún soñoliento. Ello permitirá peinar eficazmente la cabellera lacia o rizada, además de ver si le salió uno de esos odiados barritos fruto de la adolescencia o hasta incluso limpiarse adecuadamente la dentadura.

Por último, cuando ya hayamos acabado de percibir nuestra realidad propia, proseguiremos a retirar nuestro semblante de aquella superficie y podremos apreciar que aquel reflejo se irá desvaneciendo progresivamente.

Solange Crousillat

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