Instrucciones para Filosofar

martes, 25 de noviembre de 2008

Se da de cuando en ves, de mes en mes y de tres a seis, preferiblemente de no más de seis. Cabe recalcar, antes de empezar, que todo acto de filosofar debe suceder en la Casa del Pueblo, ubicada entre calles italianas, en medio de brujas y puentes. Los dichosos en asistir y participar en esta ceremonia célebre deben seguir ciertas pautas. Y antes de iniciar jamás se debe olvidar el factor humo, sea tabaco, incienso o vela, el ambiente debe estar cargado de ella para que la conversación fluya y el tema no vuele por los aires. Sentarse en la mesa redonda esperando lo inesperado, se agradece no quemar ninguna fornitura y mantener el silencio cuando la conversación se torne en discusión si no se quiere quejas de vecinos.



El tema no importa, comience hablando de la comisión de la verdad y terminará discutiendo sobre la conciencia y la humanidad, o sobre el mosquito y su inmortalidad. Cite a Nietzsche, Platón o a quien quiera, pues no ganará sea lo que sea, fuera quien fuera, por más razón que tenga. Pues en este juego nadie gana y nadie pierde, ya que todos razón tienen. Encuentre una verdad absoluta y será insultado, pues rompe con el esquema prediseñado. Y no importa si es lunes, martes o jueves, lo importante es recalcar la equivocación del de tu diestra. Y déjese llevar, por favor déjese llevar, por este mar de palabras entre ruegos y lagrimas, que un viaje por el tiempo está por hacer y no deje de beber, por favor no lo haga. No excluya a nadie, todos invitados están, solo si están dispuestos a discutir lo incorrecto, sin importar la ética de Fromm ni la terquedad de Marx. Y no se deje influenciar por lo que le dicte Nietzsche pues nadie tiene la razón ni nadie está en lo correcto.

Y por favor no olvidar del gran amigo Germán, pues al más fiel de fieles nunca se abandona, y es que a Carty jamás se puede dejar atrás.

Diego Erazo

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